Como bien sabemos, las cargas emotivas son el elemento principal para la recordación de muchas cosas que cotidianamente vivimos. Como ejemplo más cercano podría hacer la siguiente analogía muy conocida por todos: es mucho más posible si en este momento te pregunto algo como, ¿qué hiciste en alguna parte del día del 11 de septiembre de 2001? Me lo respondas con más certeza que si te pregunto algo como, qué camisa te pusiste el mismo día de hoy, pero la semana pasada.
¿Esto a qué se debe? Es sencillo, nosotros los humanos
como bien decimos, somos seres racionales, pero hay mucho en esas tres palabras
en las que nos equivocamos. Bien, somos racionales, pensamos y entendemos de
forma lógica y coherente muchos de los aspectos de la vida; pero, al momento de
abordar diversas situaciones, nos convertimos en sujetos emocionales, propensos
a cambiar conductas, actitudes y decisiones dependiendo del caso concreto al
que nos estemos enfrentando y según la carga emocional que este conlleve.
Partiendo de esto es que llegamos al uso de la memoria.
¿Por qué recordamos con mayor exactitud lo que paso un 11 de septiembre de hace
mucho tiempo, y no la ropa que utilizamos la semana pasada? Aparte de ser sucesos
de orden mundial, está ligado enteramente a una masa emocional que en torno a
esto se generó. Hablamos de la vida y las manifestaciones de ésta, y de ciertas
actitudes que llevan a la limitación de la misma en actos poco usuales y en
cantidades considerables.
Cambiemos la página, y dejemos a un lado este aire de cierto
dolor y tristeza. Y refirámonos a una marca muy conocida por todos; el simple
hecho de mencionarla nos genera felicidad, sed, frescura y… ganas de ir a la
tienda a comprarla: CocaCola®. ¿Qué es CocaCola®?, ¿Quién es CocaCola®? la marca que nos quita la sed, el calor y
sacia muchos de los deseos de sus clientes. Pero, ¿a qué se deben estos
comportamientos y actitudes de fidelidad y compromiso por parte de los clientes
hacia la marca?
CocaCola® ha realizado muy bien su trabajo, y pese a
muchas críticas ha logrado sobreponerse a ellas y logra que su apariencia siga
siendo familiar y cercana a las personas.
En mi concepto, hasta el momento siento que no ha habido alguna
que se halla hecho notar, como un elemento cercano al público, humano y
emocionalmente activo en sus campañas publicitarias. Esto se debe al buen
equilibrio racional y emocional que tiene
en muchos de sus anuncios. Nada más, y no muy lejano está un comercial muy
conocido por todos, en donde hace pequeñas comparaciones de acciones negativas
del mundo con factores positivos, como lo son los buenos momentos y la compañía
agradable de una amistad.
“Hay Razones Para Creer En Un
Mundo Mejor” y hay muchas más razones para creer que el trabajo realizado por CocaCola® ha sido efectivo en la
cercanía y buen concepto en que se pueda tener esta marca ante la gente.
Para dejar de lado a CocaCola®, a continuación adjunto
dos de sus propuestas, que para mi, han logrado dejar un legado en la historia
de la publicidad.
Este comercial fue realizado en Bogotá, con una temática
muy curiosa, tomar un trancón típico de la ciudad y hacerlo más ameno para la
gente, convirtiéndolo en un Autocine.
Y este otro, fue realizado en una universidad
de Londres. ¿Qué se podría esperar? para mi concepto supera muchas de las
expectativas propuestas por esta marca, aparte que realiza una integración e interacción
social en torno a su nombre. Y bueno, ni hablar de las emociones que genera.
Las actitudes de un cliente hacia el anuncio dependen
de las circunstancias en las que el mensaje llega a él. Nosotros los creativos,
diseñadores gráficos, publicistas y demás carreras a fin, debemos de darnos el
lujo de sentirnos personas antes sujetos con todos esos títulos mencionados y
lograr con esto que nuestro trabajo sea aceptado y se vea reflejado en la
recordación de marca que estemos deseados en generar.
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